
Y es que las enajenantes “ofertas” navideñas invaden nuestro entorno más inmediato, a través de diversos medios, exponiendo principalmente a los niños y niñas (y a la sociedad en general) a sus mensajes consumistas e individualistas (cubiertos del manto cristiano), al mismo tiempo que generan, más que en cualquier otra fecha del año, desde el punto de vista material, residuos y desechos (envoltorios y embalajes plásticos) que contribuyen al deterioro medioambiental.